8 de enero de 2008

Isidre Esteve: "No tengo ganas ni motivo alguno para dar penita"


--Para que se haga cargo del tipo de entrevista: está tomando café con los amigos en un bar, entra una pareja y él le dice a ella: "Mira, es Isidre Esteve, pobre". ¿Qué hace?
--Les invito a sentarse en nuestra mesa y, cuando los tengo frente a mí, les digo: "Veis, sentados los tres, somos iguales". Le voy a decir una cosa o dos. La primera es que lo que me ha ocurrido a mí le puede ocurrir a cualquiera. Solo el 10% de los parapléjicos lo son por practicar un deporte, y solo el 3% se producen en carreras de profesionales como la mía. No puedo andar, vale, es jodido, muy jodido, pero puedo hacer un millón de cosas. No todas las que quisiera, claro, pero vivo, pienso, hablo, veo, amo, conduzco, pronto pilotaré un coche, por qué no. No tengo ganas ni motivo para dar penita.

--No quería provocarle, solo le planteaba una situación que un amigo común me dijo que le dolía.
--Lo sé, lo sé, no me ha provocado. Pronuncié una frase cuando salí del Hospital del Vall d'Hebron: "Soy el mismo Isidre de siempre, solo que ahora deberéis mirar un poquito más abajo para verme". Y eso es lo que siento. Todo el mundo me dice que tengo muy buena cara, que estoy muy bien, y yo les digo que sí, que solo me falta caminar.

--Pero usted ha demostrado ser de acero inoxidable, duro, resistente.
--Yo he demostrado querer sobrevivir, quererme adaptar a mi nueva vida. No puedo andar, vale, pero puedo hacer mil cosas. No puedo correr detrás de mi hija Andrea, pero puedo llevarla sobre las piernas en mi silla. No puedo correr en moto, pero puedo conducir mi propio coche. No todos los días son buenos, claro. Hay días en que, al llegar a casa, me encantaría barrer. Ya ve, algo que parece tan fácil, no lo puedo hacer.

--¿Qué es lo que más le fastidia no poder hacer en su nueva vida?
--¿De verdad quiere saberlo?

--Hombre, pues sí, si se puede saber. Si no le importa contármelo, me encantaría saberlo, sí.
--Pues ir a buscar bolets. Me encantan los bolets y era muy buen rastreador. Pero eso se acabó, de momento.

--También me han dicho que le molesta que le pongan como ejemplo.
--No quiero ser un ejemplo para nadie, entre otras razones porque sé, lo he visto a diario --en el hospital, en el Institut Guttmann, en la calle--, que hay miles de personas como yo, que intentan superarse a diario, que luchan contra sus problemas con el mismo coraje con que lo hago yo. Así que nada de servir de ejemplo. Aunque, eso sí, es importante que se hable, pero no de mí, sino de la lesión que sufro.

--Me han dicho que su fe en la medicina, en el progreso, ha crecido proporcionalmente a su dolor.
--Si el hombre ha sido capaz de llegar a la Luna y volver, puede que algún día se invente algo que me permita volver a andar. Y, llegado ese día, quiero estar en forma para poder admitir ese avance. No quiero que la ciencia me pille desprevenido. Eso sí, que lo sepa: no vivo pensando en ello, no podría vivir así.

--Por eso se machaca en el gimnasio más que cuando corría.
--Todo el trabajo que hago es para ser lo más autónomo posible. Yo no desprecio la ayuda de nadie, al contrario, pero quiero desenvolverme por mí mismo. Y todo eso requiere, además de una buena preparación física, una técnica. El Institut Guttmann debería cambiar su nombre. Ahora es un centro de neurorrehabilitación, y debería llamarse centro donde le van a preparar para la vida real otra vez. Aquí aprendes a manejar la silla, a ducharte, a entrar y salir del coche, a vestirte... Qué sé yo, a todo. Soy como un niño: he de aprenderlo todo de nuevo. Antes me levantaba para entrenar; ahora, para que todo me sea más fácil, para no depender de nadie. Así de fuerte.

--¿Qué es lo que más le ha impresionado desde que se lesionó?
--¿Quiere saberlo? ¿Le sorprenderá?

--¿Sorprenderme? Me temo que de usted ya no me sorprende nada.
--Cuando corres, cuando escoges esta profesión tan especial y esta especialidad tan alejada del gran público, de los grandes medios, de los supercontratos y de la fama, crees que nadie te sigue, o no, al menos, como a futbolistas, tenistas, golfistas, pilotos de F-1 y demás. Y, mira por donde, de pronto te lesionas y descubres que importas a miles de personas. Eso me llegó al alma. Quiero que sepa --aprovecho la ocasión para enviarles un millón de besos y gracias-- que me ha llamado, escrito cartas y e-mails gente que lo sabe todo, ¡todo!, de mi vida. Guardo cartas que, cuando las releo, me ponen la piel de gallina. Nunca creí ser tan querido. Y eso me anima mucho.

--Le veo preparándose para el Dakar en coche a corto plazo.
--Me gustaría, pero primero he de hacerme con los mandos de mi nueva vida, y, si me desenvuelvo como espero, me gustaría probarlo, sí. Pero, si voy, será para hacer un papel digno. No quiero quedarme tirado en una duna. ¡Ni hablar!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Transplante de Cabelo, I hope you enjoy. The address is http://transplante-de-cabelo.blogspot.com. A hug.